Te espero en el centro de la tierra, por si se acaba todo y llega la tormenta.
No hacían falta tardes de Marzo para saber que no ibas a volver. Ni farolas apagadas en la noche más oscura,aún viendo claramente.
Fuíste abriendo cajones de una nueva vida y cerrando puertas a lo nuestro.
Siempre te esperé en el bar de la esquina en las tardes lluviosas en las que llegabas con tu pelo mojado y tus zapatillas manchadas. También en las tardes de sol, cuando tu sonrisa brillaba más que nunca.
Perdona si aún no puedo escuchar esa canción sin que me tiemblen los labios.
Perdona si no consigo olvidar lo que me decías al oido antes de dormir.
Perdona por no saber aceptar que hay ciertas cosas que se acaban.
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